La idea de justicia de la sociedad dominicana

Yefry Alexander Ortega Abreu

Dominicano residente en Sevilla, España.

Desde hace mucho tiempo se ha tenido asumido que la convivencia humana, lo que podemos llamar como la sociedad o la comunidad, debe estar sustentada en una idea común: el bien de la misma comunidad, que se traduce como el bien de cada uno de los individuos que la integran.

Da la sensación de que la sociedad dominicana, la comunidad dominicana, no ha tenido claro esto. Desde que se fundó la República, allá por febrero de 1844, los distintos gobernantes, que han tenido el privilegio y la enorme responsabilidad de conducir los destinos del país, se han preocupado más por su propio bienestar, por el de sus familiares y allegados, que por el bienestar de la comunidad.

Por qué si desde hace tanto tiempo ya se tenía la idea de que el bien de la comunidad es el bien final y que a través del mismo todos los integrantes de la misma conseguirán su propio bien; por qué si eso se tiene como norma no se lleva a la práctica en el país caribeño.

Varias parecen ser las causas, pero todas pivotan sobre nuestra idea de justicia. En la que, teóricamente, es la norma suprema y fundamento del ordenamiento jurídico del Estado dominicano, la constitución, en su preámbulo, dice que los “representantes del pueblo dominicano, libre y democráticamente elegidos, reunidos en Asamblea Nacional Revisora; regidos por los valores supremos y los principios fundamentales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley, la justicia (…), adoptan y proclaman la constitución” Es la primera mención de la palabra justicia.

La segunda la encontramos en el artículo 8 “Es función esencial del Estado, la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los derechos de todos y todas”. Quienes aprobaron nuestra constitución se rigieron por algo llamado justicia y la función esencial del Estado dominicano se enmarcará dentro de la justicia, pero esta vez con apellido, social.

Si buscamos la definición de Derecho, en su sentido objetivo, encontramos que es el conjunto de principios, instituciones, procedimientos y reglas que, de modo coactivo, ordenan la vida de una sociedad conforme a la idea de justicia que aquella se forja.
¿Qué idea de justicia se ha forjado la sociedad dominicana? En los años de vida republicana que tiene nuestro país, podemos deducir que la justicia no ha sido entendida como la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho. Cada presidente y su gobierno le ha negado a cada dominicano su derecho (en su sentido subjetivo) y, por lo tanto, le ha negado el reconocimiento de su posición en la comunidad (la de ciudadano) y la satisfacción de sus necesidades e intereses particulares.

Ningún dominicano de a pie puede hacer uso de su derecho a una educación -primaria, secundaria y universitaria- de calidad, a una sanidad universal, al libre y seguro tránsito, y así un sin numero de facultades que el ordenamiento reconoce a cada dominicano. Por el otro lado, parece notorio que algunos dominicanos sí que pueden ejercitar todas las facultades habidas y por haber: pueden estudiar en las mejores universidades del mundo, pueden curar sus enfermedades en los mejores hospitales de EE.UU. o en los de Europa, pueden transitar por las calles sin ningún temor ya que llevan escoltas, etc. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos grupos de dominicanos? La idea de justicia.

El primer grupo cree y asume que la justicia es el reconocimiento de los derechos del segundo grupo y que ellos, como pobres e incultos, no pueden ni deben reclamar más justicia que aquella que les permite, por lo menos, respirar; el segundo grupo cree que la justicia es eso que le permite permanecer en su posición privilegiada, eso que valora sus vidas por encima de las vidas del primer grupo, que para eso son parte del gobierno o familiares y allegados de algún funcionario.

Lo que el primer grupo no comprende es que la justicia es la igualdad de oportunidad, la igualdad de derechos. La justicia es que nadie esté por encima de la Ley y menos, por ser funcionario público. La justicia es la equidad. El primer grupo no puede seguir permitiendo que se favorezca a algunos por encima y en perjuicio de ellos mismos. No se descubre nada nuevo en estas lineas. Lo que hace falta es llevar a la práctica lo que la Constitución manda y dejar tanta retórica. YEFORTABR.

 

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