NUEVA YORK (AP) — Broadway vs. Hollywood. Metro vs. Autopista. Judge vs. Ohtani.
Los Yankees y los Dodgers renuevan su lucha estelar en la Serie Mundial por primera vez en 43 años.
“Cuando juegas para los Dodgers y juegas para los Yankees, es mejor sentirse diferente”, dijo el mánager de Los Ángeles, Dave Roberts, en el Yankee Stadium en junio pasado.
Dos de los equipos más exitosos del béisbol se enfrentan a partir del viernes en el Dodger Stadium, los Yankees vienen de su banderín número 41 de la Liga Americana y los Dodgers de su campeonato número 25 de la Liga Nacional. Nueva York busca su 28vo título de Serie Mundial, pero el primero desde 2009, mientras que los Dodgers el octavo de su historia, y segundo en un lapso de cinco años.
El granito y la piedra caliza del nuevo Yankee Stadium en las frías noches de otoño frente al Dodger Stadium en el soleado Chavez Ravine, con las montañas de San Gabriel de fondo.
Nueva York tiene marca de 8-3 contra los Dodgers en el enfrentamiento más frecuente de la Serie Mundial, incluyendo 6-1 contra Brooklyn y 2-2 desde que la rivalidad se convirtió en la Gran Manzana contra Tinseltown.
Mickey Owen, Al Gionfriddo, Cookie Lavagetto, Sandy Amorós, Johnny Podres, Don Larsen, Sandy Koufax y Reggie Jackson crearon imágenes imborrables en el enfrentamiento, que comenzó en 1941 con uno de los giros más extravagantes de la Serie Mundial.
Con una desventaja de 2-1 en la serie, Brooklyn ganaba 4-3 con dos outs en la novena entrada en el Ebbets Field cuando Tommy Henrich hizo swing y falló en el tercer strike de Hugh Casey. La pelota rebotó lejos de Owen y rodó hacia el dugout de los Dodgers para que Henrich se embasara en el tercer strike. Joe DiMaggio conectó un sencillo, Charlie Keller un doble de dos carreras y Joe Gordon agregó un doble de dos carreras más tarde en la entrada para que los Yankees ganaran 7-4 y el título en cinco juegos.
Un doble de Lavagetto con dos outs en el noveno episodio puso fin al intento de no hit de Bill Bevens en el Juego 4 de 1947 y dos juegos después, Gionfriddo le robó a DiMaggio un jonrón de tres carreras que empataría el juego.
Nueva York volvió a vencer a los Dodgers en 1949, 1952 y 1953, frustrando a los fanáticos en Flatbush, pero Brooklyn finalmente ganó el título en 1955 cuando Johnny Podres lanzó una blanqueada en el juego decisivo en el Yankee Stadium y Gil Hodges impulsó ambas carreras. Sandy Amorós preservó la ventaja cuando atrapó un batazo de Yogi Berra en la esquina del jardín izquierdo con dos en base y que envió al campocorto Pee Wee Reese, quien lanzó a Hodges en primera y poniendo fuera a Gil McDougald. Esos jugadores fueron homenajeados en el libro de Roger Kahn de 1972 “The Boys of Summer”.
Don Larsen lanzó el único juego perfecto de la Serie Mundial en el quinto juego de 1956 en el Bronx, Berra saltó a sus brazos después del último out, y los Yankees ganaron el Juego 7 detrás de la blanqueada de tres hits de Johnny Kucks en lo que resultó ser el último juego de la Serie Mundial en el Ebbets Field.
Walter O’Malley trasladó a los Dodgers a California después de la temporada de 1957, y Koufax usaba ahora una gorrra con un “LA” en lugar de una “B” cuando ponchó a 15, un récord de la Serie Mundial, en el primer juego de 1963 en el Yankee Stadium. La rivalidad no se reanudó hasta 1977 con el primero de tres enfrentamientos en un lapso de cinco años.
Los tres jonrones de Jackson llevaron a los Yankees a una victoria decisiva en el sexto juego de 1977. Los Yankees ganaron otra serie de seis juegos al año siguiente, destacando las atrapadas del tercera base Graig Nettles a batazos de Reggie Smith, Steve Garvey y Davey Lopes.
Los Ángeles perdió los primeros dos juegos en el Bronx en 1981, y luego ganó cuatro seguidos, coronado por una victoria de 9-2 que hizo bailar al mánager de los Dodgers, Tommy Lasorda. La derrota provocó que el dueño de los Yankees, George Steinbrenner, con la mano derecha vendada después de una supuesta pelea con fanáticos de los Dodgers en el ascensor de un hotel, emitiera una disculpa por escrito “a la gente de Nueva York y a los fanáticos de los Yankees en todas partes”.