¿ECHAR A BREWSTER?

Miuris (Nurys) Rivas

Miuris (Nurys) Rivas

Dominicana residente en España

 

Circula en las redes sociales, una petición recabando firmas para pedir la expulsión del país del Embajador de Estados Unidos James W. Brewster.

Mucha gente aún no ha entendido cual debe ser la lógica separación de la vida privada de la pública. Todavía para muchos será tabú hablar de homosexualidad, están en su derecho aquellos que rechacen el concepto LGBT en general, lo que nadie puede es imponer en otros, dicha repulsa, porque vivimos en mundo donde cada uno, es dueño de sus actos.

Respetar la vida privada es sagrado, podría condenarse en el diplomático estadounidense, la injerencia de que en determinado momento se le ha inculpado, sin embargo, su vida personal, lo que haga o deje de hacer en su intimidad, debe tenernos sin cuidado, basta con que se ajuste a su misión sin traspasar sus límites, basta con que haga su trabajo respetando a los dominicanos y acatando sus leyes, por lo demás, si es gay, cosa que nunca ha negado, si está casado con alguien de su género, es absolutamente de su incumbencia, no de la nuestra.

Otra cosa sería que el Embajador vaya por ahí incitando a la juventud a que se convierta en gay, no creo que sea el caso, y si lo fuere entonces si sería pasible no solo del rechazo popular, sino de una demanda judicial.

Seamos coherentes y justos señores, me parece que nadie o muy pocos han dejado de asistir a cultos religiosos católicos, de confesar sus pecados ante sacerdotes para que les den «absolución», de tomar la Hostia de manos de curas cuestionados y blasfemos, (algunos), hombres con aureola de santidad que han engañado al mundo protegidos tras la poderosa iglesia católica.

Están confirmados en todo el mundo los casos de pederastia de los que nuestro país también ha sido víctima, Es en esos casos, crímenes de lesa humanidad comprobados que debemos levantar nuestra más enérgica protesta y dejarnos de buscar tres patas al gato a sabiendas de que tiene cuatro.

¿Que el Embajador es gay? Desde antes de llegar al país se había dejado explícito, hoy en día la homosexualidad, el lesbianismo, ya no asustan como antes, aunque muchos de nosotros nos mantengamos en la línea de rechazarlo y deseamos mantener alejado de nuestro círculo familiar, es indudable que es «tendencia» universal, no es lo más habitual o apetecible, pero es lo que hay y es uno de los impuestos que debemos abonar a un mundo desvirtuado de sus principios más elementales.

Personalmente me niego a firmar una petición por entrar a la moda, si acaso tuviera la constancia de que el Embajador de EEUU ha faltado a nuestras leyes, nos ha irrespetado o faltado a nuestra condición de país independiente, sería la primera no en firmar, sino en pedir públicamente que se vaya del país.

De momento y simplemente porque sea gay y se muestre en público con su “marido”, no me parece razón suficiente, considero al contrario que Brewster es un valiente por aceptar lo que otros, son capaces de matar por negar.

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