Semanas antes de su muerte, Bernarda dijo que España necesita crear programa de integración para inmigrantes
Aquella esperada reunión nunca llegó a realizarse. El destino aplazó indefinidamente el conversatorio pendiente con Bernarda Jiménez Clemente ante las cámaras de Amo Dominicana, donde se habría abordado un nuevo tema: la integración de los inmigrantes dominicanos en la sociedad española.
El 16 de julio de este año fue la última vez que Bernarda compartió con el equipo de este periódico. Fue una conversación clara y llena de conocimiento, desde la cual lanzó dos mensajes, uno dirigido a las autoridades de España y el otro a quienes deciden vivir en España.
La activista y médico dominicana-española reveló que aún existe una gran carencia en la nación ibérica: la falta de un programa de orientación e integración para los inmigrantes que pisan tierra.
Ella insistía en que era necesario proporcionar información y recursos desde el primer momento para que conozcan la sociedad en la que están ingresando, sus derechos, deberes y la forma en la que podrían contribuir en ese nuevo entorno.
Sugería la creación de un manual, una guía o un libro sobre España que pudiera ser distribuido entre los recién llegados.
Bernarda Jiménez, nacida en Moca y fallecida en Santo Domingo, también expuso un mensaje para la comunidad dominicana residente en tierra española.
A sus compatriotas, les aconsejó que al salir de su país debe existir una disposición de adaptarse gradualmente al nuevo sistema.
Mencionó que este proceso de integración debe ser lo más «tierno y acogedor posible», fomentando un encuentro cálido entre la cultura de origen y la nueva sociedad.
Hizo hincapié en la importancia de comprender el comportamiento del país que abre las puertas, así como las características de su gente y el estilo de vida de la nación para facilitar la adaptación y contribuir a la comunidad, sin perder la esencia de las propias raíces.
Un recuerdo que aún duele: Lucrecia
En medio de su fortaleza, había un tema que aún la afectaba profundamente: la muerte de Lucrecia Pérez en España, un acto atroz conocido como el primer asesinato racista en España.
Recuerda el asesinato de Lucrecia como un evento profundamente traumático, ya que, en ese tiempo, por la realidad que se veía, ella misma y otras personas habían rumorado que algo trágico podía suceder sino tomaban cartas en el asunto con el trato de los inmigrantes para aquel tiempo, hablamos de los 90.
A raíz de este incidente, intensificó su trabajo para crear y lograr que las políticas de inmigración fueran más robustas y efectivas.
Bernarda lideró organizaciones como el Voluntariado de Madres Dominicanas (VOMADE-VINCIT), que ayudó a regularizar el estatus de miles de inmigrantes, principalmente mujeres dominicanas de bajos recursos.
Su activismo no solo se enfocó en la regularización legal, sino también en la educación y capacitación de inmigrantes para su integración en la sociedad española.
Una lucha que habría seguido peleándola, pues como indicó al ser entrevistada por Amo Dominicana, todavía falta por hacer ante el racismo que sigue latente en España.
Con su muerte, queda un legado que, desde República Dominicana y España, se puede seguir para lograr esa integración, buena convivencia y respeto entre todas las personas, dejando de lado el origen y su estatus socioeconómico. Pues para Bernarda, y como debe ser para las demás personas, todos somos iguales.
Sobre muerte de Bernarda Jiménez Clemente
Según comunicó la Embajada de República Dominicana ante el Reino de España, Clemente sufrió de un accidente cerebrovascular (ACV) mientras se encontraba de vacaciones en Santo Domingo junto a su esposo, Pedro Álvarez Pastor.
Por Escalin Pozo