¡Un fin de semana explorando Samaná!

Samaná es una provincia que se encuentra a 178 kilómetros de Santo Domingo, dos horas y 30 minutos de camino bastan para llegar al lugar que te puede dejar deslumbrado por la belleza que lo caracteriza, convirtiéndolo en uno de los lugares más emblemáticos que tiene República Dominicana, el azul de sus playas se conjuga con el hermoso azul del cielo mientras la naturaleza le da el toque perfecto para armar el lugar ideal para perderse.

Un recorrido de dos días fue suficientes para descubrir lugares afrodisiacos, dos días llenos de aventuras inolvidables recorriendo la tierra del pescado y el coco, pero siempre manteniendo las medidas de  seguridad interpuestas por las autoridades para evitar la propagación de la Covid19.

Uno de los primeros lugares conocidos fue El Salto del Limón, una cascada que se forma gracias a las maravillas de la naturaleza y conforma un espectacular lago que permite a sus visitantes sumergirse y perderse en el frio de sus aguas.

Para lograr el acceso a este salto es recomendable subir a caballo ya que el camino es un poco largo y así es mucho más fácil llegar, pero si eres de esos que le gusta disfrutar más de cerca el trayecto también es posible acceder caminando.

 Las Terrenas es otro de esos lugares de Samaná que se encuentran entre los más visitados, tanto por turistas como residentes.

Este lugar ofrece kilómetros de playa de arena blanca, y se encuentra ubicada entre las playas Punta Popy y playa Las Ballenas.

Este lugar se puede definir como sinónimo de paraíso por la vista que ofrece: las aguas azules de la playa, la arena blanca y las montañas que se observan desde allí te dejaran perplejo, siendo una buena opción observar el área si decides no adentrarse a darte un chapuzón en sus aguas.

 Cayo Levantado también se le conoce como la Isla Bacardí, según fuentes, esto porque en el año 1970 se filmó un comercial de Bacardí, una bebida alcohólica.

Al igual que otras playas de la península de Samaná, este lugar lo caracteriza la arena blanca  y está decorado por las palmas incrustadas en sus alrededores.

En solo un kilómetro de extensión se puede encontrar todo lo que se necesita para pasar unas vacaciones inolvidables, y es el lugar que desde enero hasta marzo las ballenas jorobadas eligen para adentrarse en sus aguas.

Por otro lado encontramos a Caño Frío, allí la tranquilidad es una de sus principales características, este río de agua salada se encuentra conjugado con la naturaleza ya que  los manglares rodean cada centímetro de sus fría aguas.

Adentrarte allí puede definirse como estar en un verdadero paraíso, pues el color turquesa de ese oasis natural y la arena blanca dan un toque majestuoso, el cual puedes disfrutar, si deseas, en un recorrido en bote por todo el lugar mientras vas disfrutando de los manglares y grandes árboles.